A tiempo completo

3. diciembre 2010 | Por | Categoria: Reflexiones

¿Cuántas horas al día tenemos que ser cristianos? Merced a las leyes laborales de hoy, se nos ha metido en boga una buena expresión: A tiempo completo. De las ocho horas decimos: a tiempo completo. Y para estar a la moda, hasta lo usamos en su lengua originaria, porque parece que nos vino de la Nación de arriba: Estamos full time…  Media jornada nada más, la clasificamos como a medio tiempo. Y así vamos fraccionando…

Metiéndonos ahora en nuestra tarea primera, la de ser cristianos, también nos preguntamos:
–  Cristianos. ¿A cuánto tiempo?…
Y la respuesta tiene que salirnos rápida como un disparo:
– ¡A tiempo completo!
Porque la vida no se puede interrumpir, pues uno o está vivo o está muerto: no hay término medio. Cuando decimos de una persona: “está medio muerta”, “está medio viva”, hablamos muy impropiamente. Si queremos ser exactos, tendremos que decir: “está casi muerta”, lo cual quiere decir que aún vive, aunque esté en la agonía…

Por lo mismo, si el cristianismo es vida —porque es la vida de Cristo dentro de nosotros—, no nos cabe término medio: ni casi vivos, ni casi muertos, sino vivos del todo, vivos en todos los momentos del día… Si así no fuera, moriríamos en un instante. Y una vez muertos, ¿quién nos devuelve la vida?…

Un famoso Arzobispo y Cardenal alemán nos pone esta comparación:
– En un buque puede haber veinte camarotes, uno junto a otro; pero la religión no es un camarote junto a otros diecinueve, sino que es el timonel de toda la embarcación (Cardenal Faulhaber)
Y, ya se sabe, un camarote puede estar más o menos acomodado, estar colocado en un lugar bueno o en otro peor. Pero el motor no se puede parar en toda la travesía, ni el timón torcer el rumbo; de lo contrario, toda la embarcación se va a pique.

Para saber colocarnos en el sitio que nos corresponde como cristianos, para ser cristianos a tiempo completo, podríamos decir que hay cuatro clases o categorías de cristianos.
Primera. Los de cada día y a todas horas. Jesucristo llena su vida entera. Y éstos son los que no hacen trampa a Jesucristo. Viven de Jesucristo como el cuerpo vive del pan, del agua y del aire. Sin Jesucristo, ni sabrían vivir…
Segunda. Los de cuarenta y cinco minutos a la semana, el domingo durante la Misa. ¡Muy bien por la Misa! Pero, no basta… La semana tiene muchas horas: 1068, si sacamos bien las cuentas. A Cristo dejamos de darle 1067, y eso es mucho… Se le da lo justo. Lo que pide como imprescindible para salvarnos. Pero nada más. La generosidad no aparece por ninguna parte..
Tercera. Los añeros. Los de cada año, por la Semana Santa o la Fiesta Patronal. Son cristianos muy poco cristianos, desde luego…
Cuarta. Los de solo nombre. Están bautizados, ¡y ya está! Son cristianos honorarios. No deja de ser una lástima grande que el Bautismo sea en su mente un recuerdo solamente, porque se lo atestigua esa acta que sacaron en la Parroquia para casarse o alguna exigencia de la vida civil. ¿Por qué no se darán cuenta de la grandeza que llevan dentro por el carácter bautismal?

De todas estas categorías, solamente los de la primera entienden su fe. La vida de Cristo llena el día entero: la Misa y la oración privada lo mismo que la diversión; el trabajo, lo mismo que el descanso; la profesión y la actividad civil, lo mismo que su entrega al apostolado…

No aceptan en modo alguno esa expresión que tanto se ha criticado, formulada siempre de la misma manera:
– La religión es una cosa, y el negocio es otra…
No lo admitimos en modo alguno. Dios está metido en la tienda o en el despacho, igual que lo está en la sacristía o en el hogar…

Un muchacho magnífico, que resultó ser después un hombre excepcional, nos dio un ejemplo muy bueno. Lo mismo rezaba, que estudiaba, que se divertía seriamente. Al sentir la llamada de Dios, es ordenado de sacerdote y llega a ser Obispo. Y le preguntan medio en broma:
– ¿Cuántas horas va a ser Obispo?  
Y respondió grave y con energía.
– ¡Veinticuatro horas al día! Como fui veinticuatro horas estudiante cristiano, así seré veinticuatro horas un cristiano Obispo… (Torres i Bages, Obispo de Vic)

Kennedy, antes de asumir la Presidencia de Estados Unidos, fue a recibir la Comunión. Sólo así pudo decir aquella frase célebre:
– Los derechos del hombre no proceden de la generosidad del Estado, sino de la mano de Dios.
Si aquel día no hubiera sido un católico de raigambre, lo hubieran desmentido por carecer de autoridad. Lo pudo decir por ser católico de cada día…

Para esto, no hace falta que a uno le hagan Obispo o Presidente de la República. Basta ser ama de casa, maestro, futbolista, agricultor, secretaria, enfermo crónico o detenido justa o injustamente en un penal… Basta ser cristiano a tiempo completo, o, si nos gusta más, full time…

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