Corazón de Madre
18. enero 2021 | Por Padre Pedro Garcia | Categoria: MariaLas mujeres se glorían de tener mucho corazón, y los hombres, en medio de su tan traído y tan llevado machismo, buscan en las mujeres eso precisamente corazón, amor, cariño… ¿Queremos mirar ahora el Corazón de una Mujer bien singular?…
En Fátima, la más espectacular e importante manifestación de la Virgen en nuestros tiempos, la Madre de Dios nos brindó un corazón, su propio Corazón, diciéndonos con voz imperativa:
– El Señor quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado.
Y añadía, para más animarnos:
– A los que la abracen les prometo la salvación.
Nos vienen ahora ganas de preguntarnos: ¿Por qué precisamente el CORAZON de María? Decir corazón es decir amor. Y entonces adivinamos toda la intención de Dios y de la Virgen. ¿No será que en el mundo nos falta amor? Pues, aunque estamos hablando siempre del amor, ¿no será precisamente amor lo que nos falta? Nadie habla de la gasolina sino cuando falta la gasolina o nos la racionan. Nadie habla de los frijoles sino cuando los frijoles escasean en el mercado o cuando su precio se ha subido por las nubes… Al hablar del amor, hemos desvirtuado la palabra y el sentido del amor. Por esto nos preguntamos: ¿No estaremos hablando tanto del amor, precisamente porque en el mundo falta amor, y el amor genuino se ha puesto demasiado caro?…
Si entendemos por amor, equivocadamente, todo lo relacionado con el placer sexual, no entenderemos nunca lo que es amar. Amar es dar, es darse sin reserva a la persona que se quiere, es no medir ni medirse en el sacrificio que supone el buscar el bien del otro. Es comprometer nuestro ser entero:
compromete la razón, que sabe cómo hay que amar el bien, ¡el bien, y basta, nunca el mal!;
compromete el afecto, que sabe orientarse hacia lo que es digno de nuestro querer;
compromete la voluntad, que sabe entregarse por entero sin reservarse nada para sí.
En una encuesta entre estudiantes de sociología, sobre lo mejor y lo peor que tiene el hombre moderno, una alumna aventajada de la universidad respondió:
– ¿Lo peor? Sigo pensando como Jesucristo: el corazón. Nos hemos desviado en nuestros sentimientos más íntimos, y de ahí todos los males que lamentamos en la sociedad, porque todos nacen del corazón… ¿Lo mejor? El corazón también. Porque se ve un despertar, sobre todo en la juventud, que constituye la mayor esperanza. Estamos hartos de vulgaridad, y buscamos lo noble, lo alto, lo que nos eleve. Buscamos tener un corazón nuevo.
Ante estas realidades sociales, nosotros levantamos los ojos hacia arriba buscando la autenticidad del amor, puesto que Dios es amor y el amor viene de Dios. Queremos descubrir en Dios el amor que nos falta, y Dios, en su Hijo Jesucristo y en su Madre bendita, nos da la imagen más perfecta del amor.
¿Qué significa entonces el Corazón de María en nuestra vida cristiana? Es darse al amor de la Virgen María para que Ella nos haga salir del mal que pudre muchos corazones, y nos haga arder en el verdadero amor: amor a Dios, a Jesucristo, al hombre nuestro hermano.
Amor a Dios, porque el mundo se ha alejado mucho de Dios, aunque el primer precepto sigue en pie:
– Amarás a Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con todo tu ser.
¡Y hay que volver al amor de Dios! Dios debe llenar la vida de los hombres en la tierra para que la llene después en la vida futura, pues el amor eterno está condicionado al amor que libremente le demos en el tiempo de la prueba.
Amor a Jesucristo, que nos pidió antes de morir:
– Permaneced en mi amor.
En Jesucristo tenemos la vida y la salvación. Si es maldito quien no ame a nuestro Señor Jesucristo, como nos dice San Pablo, es un lleno de bendiciones que lo ama con verdadera pasión.
Amor al hombre, hermano nuestro:
– Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Sin amor al hombre no hay amor a Dios. Por eso demostramos nuestro amor al Señor amando por Él a todos nuestros hermanos. Amor que aprendemos en el Corazón de Cristo, el cual dio la vida por todos para que todos seamos salvos.
¿Tiene algo que decirnos María respecto del amor? Dicen que el Corazón de Jesús lo debemos al Corazón de María. Porque Dios quiso amar con corazón de hombre, y tomó su Corazón de carne en las entrañas de María, que en un arrebato de amor dio su generoso SÍ en la Encarnación. El Corazón de la Virgen es un Corazón preparado por el Espíritu Santo para que fuera el formador del Corazón de un Dios hecho hombre. El Corazón de Jesús y el Corazón de María son los únicos Corazones capaces de reencender en el mundo el fuego del amor.
¿Qué nos dice María al mostrarnos, ofrecernos y darnos su Corazón? Nos mete en una hoguera inmensa de amor a Dios, a Jesucristo y al hombre, y nos dice a todos:
-¿Buscáis amor, os falta amor, queréis amor?… Tomad mi Corazón: amad como él, y sabréis lo que es amar. Mi Corazón es camino que lleva al amor verdadero. Por algo me llamáis con acierto: La Madre del Amor Hermoso.