Todo por amor.
26. febrero 2010 | Por Loly | Categoria: ReflexionesUnir nuestra voluntad con la voluntad de Dios, es la cumbre de la perfeccion. San Antonio Maria de Ligorio escribio: «Toda la perfeccion del amor divino consiste en la union de la voluntad propia con la Divina Voluntad de Dios». Por eso el anhelo de los santos no ha sido otra que hacer la voluntad de Dios.
Sabemos que cuesta mucho aceptar la Divina Voluntad de Dios, especialmente cuando nos llegan pruebas. Esas pruebas que no son mas que las cruces que el Senor permite, para nuestro bien…. Se sorprenden? Pues si son para nuestro bien. No es que nuestro Dios -que es Amor- quiera vernos sufrir, no,… es simplemente las consecuencias de nuestros actos o de los actos de los demas, que Dios permite que sucedan para El poder intervenir en ellos con su amorosa y paternal Providencia.
Y…Como pueden sufrir las almas que estan sumisas a la voluntad de Dios y en todo ven la Voluntad amorosa de Dios que lo dispone y lo permite todo para su bien. Sin duda que se sufre en esas pruebas ; pero en el fondo del alma hay paz y un gozo inexplicable.
Mientras mas dura sea la prueba, mas le tenemos que amar y alabar:
«Yo te complazco Senor, en tu perfeccion infinita, en tu santidad excelsa. en tu bondad sin limites, en tu felicidad inmensa; Tu voluntad es mi voluntad, tu gloria es mi gloria. Que importa lo que yo sufra si con ello puedo reparar Tu corazon lastimado por todos mis pecados y los pecados de los demas».
El amor
La esencia de la santidad es el AMOR. Resumiendo aun mas podemos decir que la santidad es el amor y el amor es la caridad…Entonces:
«La caridad es paciente, es comprensiva, no conoce la envidia, no es jactanciosa, no se enorgullece, no es ambiciosa, no busca su propio interes, no se irrita, no piensa mal, no vive en la mentira, vive en la verdad. Todo lo sufre, todo lo espera, todo lo cree, todo lo soporta».
El amar a Dios nos lleva a decirle un TE AMO que quiere decir; «Senor, Tu eres la bondad Infinita, el Bien Supremo, que supera inmensamente a todos los bienes creados»; por consiguiente no hay ningun bien creado que supere el Bien de Amar a Dios y lo que es mas importante reconocer que Dios nos ama.
El amar a Dios conlleva el reconocer que «soy un miserable y que no merezco el amor de Dios». Pero no podemos menos que reconocer que El nos ha colmado de dones y que dentro de nuestras miserias estan las gracias que solo pueden venir de Dios.
Podemos quizas reconocer que tenemos dones de orden natural: El ser, la existencia, el cuerpo, el alma, los sentidos, las facultades y talentos, cultura, posicion social, fortuna, ect.
Podemos tener tambien todos los dones de orden sobrenatural: La vida de la gracia, las virtudes infusas, los dones del Espiritu Santo, los meritos adquiridos, las gracias actuales transformadas en actos de virtudes, los perdones que han purificado el alma, los sacramentos recibidos, las buenas obras y todo el bien que se haya podido hacer; Pero… si todo eso no se entrega a Dios en amor a su paternal Providencia que lo dispone todo, que lo permite todo para nuestro bien, que se sirve de todo para salvarnos, hasta de lo que el mundo llama desgracias, para la santificacion de los elegidos, pero si no se hace ofrenda a Dios no se realizaria Su Divina Voluntad. Podemos concluir con lo que dijo San Pablo: «Todo es para el bien de los que aman a Dios».