Cristianos en Parroquia
25. junio 2020 | Por Padre Pedro Garcia | Categoria: IglesiaHoy vamos a hablar de un tema eclesial que tiene una importancia muy grande en la vida cristiana: la Parroquia. Todos los católicos pertenecemos a una parroquia determinada, que ha de ser objeto de tanto cariño y de tanta atención nuestra.
En la Iglesia, más que en ninguna otra institución, vivimos en comunidad, y la Parroquia se distingue entre todos los otros organismos eclesiales de una manera muy particular.
La Iglesia es muy grande, y el Papa está al frente de ella como Vicario de Jesucristo. Pero el Papa no se basta para toda la Iglesia, como el Presidente de una república no puede con cada pueblo.
Jesucristo instituyó los Obispos, unidos en el Papa, y cada Obispo tiene su Diócesis, que viene a ser como el gobernador en una provincia o departamento.
Y el Obispo tiene los Sacerdotes, distribuidos por las parroquias, igual que en el orden civil están los alcaldes en los pueblos.
Con esta comparación de la vida civil, adivinamos la importancia que tiene la Parroquia en la vida de la Iglesia.
El Catecismo de la Iglesia Católica (2188-2179 y 2226), con palabras del Derecho Canónico, nos describe así la Parroquia:
– Es una comunidad determinada de fieles, cuya cura pastoral, bajo la ayuda del Obispo diocesano, se encomienda a un párroco, como su pastor propio.
De esta manera vemos cómo nuestra vida cristiana se une con el Cielo como por una cadena ascendente: nosotros escuchamos a nuestro Párroco; nuestro Párroco al Obispo; el Obispo al Papa con quien está en comunión; el Papa a Jesucristo, de cuya verdad es el custodio supremo.
Igual que podemos ver la cadena descendente.
¿Cómo gobierna Jesucristo su Iglesia? Por el Papa como Vicario suyo. El Papa con los Obispos, unidos al Papa como los Apóstoles con Pedro. El Obispo por los Párrocos, su colaboradores. Los Párrocos son los pastores inmediatos que nos apacientan con la doctrina, los Sacramentos y la gracia de Jesucristo.
Unos niños, que no sabían nada del Derecho de la Iglesia, pero que estaban llenos de Dios, como eran los niños de Fátima, nos dieron una lección magnífica. El sacerdote pregunta a Lucia, la mayorcita:
– ¿Qué hay de Jacinta?
– Está en el hospital, y tan malita que no puede ni rezar arrodillada en el suelo.
– Por favor, llévale el encargo de que rece como pueda, sin bajar de la cama y sin arrodillarse.
Al oírlo la pequeña Jacinta, inquiere preocupada:
– Pero, ¿se quedará contento Nuestro Señor?
– Sí; Dios quiere que hagamos lo que el señor Párroco nos manda.
Aquí estaba todo para aquellos niños de fe y llenos de Dios.
El Párroco es el pastor que el Señor nos pone al frente inmediato para enseñarnos su Verdad y nutrirnos con su Gracia.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos sigue diciendo:
– La Parroquia es la comunidad eucarística y el corazón de la vida litúrgica de las familias cristianas; es un lugar privilegiado para la catequesis de los niños y de los padres.
En la Parroquia nos reunimos para la celebración de la Eucaristía.
En la Parroquia aprendemos la doctrina salvadora de Cristo.
En la Parroquia practicamos la caridad del Señor en obras buenas y fraternas. Con palabras de un gran Doctor de la Iglesia, nos sigue diciendo el Catecismo:
– En la Parroquia está la unión de los espíritus, la armonía de las almas, el lazo de la caridad, las oraciones de los sacerdotes.
Como vemos, la enseñanza, la autoridad, el espíritu y la práctica de la Iglesia se deshacen en alabanzas de la Parroquia.
Al frente de ella, vemos a un Párroco y pastor, del que se ha dicho graciosamente que tiene un despacho con esta única palabra como inscripción: DISPONIBLE. Porque ante una necesidad del alma está abierto a todas las horas del día y de la noche; es la oficina más frecuentada por asuntos delicados… y dispensados gratuitamente… Se nos pide siempre una colaboración para las necesidades materiales de la Iglesia. Pero lo más importante, lo puramente espiritual, lo que sólo puede dar Dios, eso lo da el Párroco con la misma gratuidad con que lo ha recibido del Señor para distribuirlo al rebaño…
Como católicos, ¿qué es la Parroquia para nosotros? La Parroquia es nuestro hogar dentro de la Iglesia universal.
Un hogar en el que todos nos amamos.
Un hogar en el que encontramos a un Pastor que hace las veces de Dios nuestro Padre, porque lo representa con una paternidad espiritual tan distinguida.
Un hogar en el que todos trabajamos, porque todos apoyamos toda iniciativa para el fomento de la piedad, del culto, de la caridad, del apostolado.
Un hogar en el que moriremos —¡Dios nos lo conceda!—, para pasar a otro hogar grande, muy grande, el de toda la familia de Dios glorificada, el hogar de la Iglesia celestial…