Una escritora mexicana nos cuenta de manera casi patética su lucha continua con Dios, lucha en que Dios se sale siempre con la suya…, a pesar del respeto que tiene a nuestra libertad. Nos dice la escritora (Emma Godoy):
– Hubo momento en mi vida en que deseé que Dios no existiera. Estudié filosofía cuidando de elegir a profesores no creyentes. ¿Quería dudar? ¡Bah, no lo logré! Contra mi designio, Dios se me hizo entonces más evidente. Le ataco, y me vence. Huyo, y me atrapa. Me busca, porque yo no lo busco. Lo traiciono, y deja que me enrede, hasta que caigo de rodillas. Me escondo en la tiniebla, y me ilumina. Está en todas partes. ¿Por qué habrá algunos que no ven?…