Oración

Tengo un alma inmortal

20. junio 2024 | Por | Categoria: Oración

Aunque ha pasado de moda eso de negar la existencia del alma inmortal, siempre hay alguno que desafina y presume todavía de incrédulo, por más que al fin acaba por hacer un papel triste, al ponerse contra todos, que no son tontos ni mucho menos…
Todos nosotros, desde luego, nos colocamos voluntariamente en el sector de los creyentes y confesamos de nosotros mismos que tenemos un alma inmortal, que la sentimos dentro de nosotros, que la consideramos destinada a una vida futura inacabable, en una palabra, que la pensamos eterna en el seno de Dios. Así lo creemos, así lo decimos, y sabemos que no nos equivocamos…



¡Quiero vivir!

13. junio 2024 | Por | Categoria: Oración

Unos versos cargados de fe de un poeta castellano, —y, dicho sea de paso, muy buen educador, amante de su escuela y de la naturaleza, pero, más que nada, un católico muy ferviente—, comienzan con estas palabras:
– Quiero vivir, y a Dios voy (Gabriel y Galán)
Este anhelo del poeta, expresado con tanta nitidez, va a ser hoy el hilo conductor de nuestro mensaje…



La Universidad de Nazaret

6. junio 2024 | Por | Categoria: Oración

Cuando leemos el Evangelio de Lucas, casi al principio, nos encontramos con estas palabras sobre el niño Jesús:
– Se regresó con ellos a Nazaret y les estaba sujeto. Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lucas 2,51-52). Esto es algo precioso. Pero a nosotros, que queremos saber muchas cosas de Jesús y de la Virgen, nos deja un poco decepcionados. ¿Es posible que treinta años de la vida del Señor y de su Madre se reduzcan a tan pocas palabras? Y menos mal que al bueno de Lucas se le ocurrió escribirnos esto, pues, por los otros evangelistas, no sabríamos nada de estos años misteriosos y encantadores…



Preparando el fin

30. mayo 2024 | Por | Categoria: Oración

Hubo en la antigüedad clásica de Grecia y de Roma una corriente filosófica que tuvo muchos adeptos: fue el estoicismo. Los estoicos se gloriaban de no tener miedo a nada, de aguantar impasibles el dolor, de mirar la muerte con frialdad absoluta.
Estaríamos muy conformes con esta filosofía si no se empeñara en matar los sentimientos más nobles del alma. ¿Por qué la madre no puede llorar la muerte del hijo? ¿Acaso es esto una deshonra? ¿O es un deshonor que el hombre vierta lágrimas muy justificadas ante una enfermedad que se le presenta incurable y que le echa a perder todas las ilusiones en la vida?… Nunca será una gloria para nadie matar el propio corazón…