Reflexiones

Si Pablo volviera…

13. septiembre 2013 | Por | Categoria: Reflexiones

El apóstol San Pablo, que era fogoso de verdad, era también un hombre muy sensato y que tocaba siempre de pies en tierra. Una prueba de esa su sensatez la dio al escribir a los del Corinto estas palabras: “Cuando les escribí en mi carta que no se mezclaran con los lujuriosos, no me refería a todos los lujuriosos de este mundo, ni a todos los avaros, ladrones e idólatras, pues en tal caso tendrían que salir de este mundo”…



Generosidad

6. septiembre 2013 | Por | Categoria: Reflexiones

Un hecho de la vida del Papa Pío XI, que me ha llamado la atención por la simpatía que entraña, me inspira el tema de nuestro mensaje de hoy: la generosidad. Bien. Aquel Papa que tanto recuerdo dejó en la Iglesia por su magnanimidad, recibe un día en audiencia a un Arzobispo francés, el cual le habla de…



La “diversión” de renunciarse

30. agosto 2013 | Por | Categoria: Reflexiones

Un joven universitario, muy brillante en sus estudios, practicó Ejercicios Espirituales y bromeaba después con sus compañeros, que formaban un grupo de apostolado muy activo:
– ¿A que no sabéis la diversión más entretenida que tengo ante mis ojos?
– Bueno, tú lo dirás.
– Pues, la de los filósofos estoicos. Aquellos hombres fríos del Imperio Romano que no se inmutaban por nada. Lo mismo les daba comer que morirse de hambre; gozar de buena salud que retorcerse de dolor en la cama porque no se podían levantar. Sin una queja. Impávidos. ¡Qué tipos aquellos!….
– ¿Y esto es lo que te divierte a ti? ¿Qué has perdido algún tornillo de la cabeza?…



Una vida de testimonio

23. agosto 2013 | Por | Categoria: Reflexiones

Se le preguntó a un joven muy aficionado a la lectura:
– ¿Qué sientes tú al devorar tanto libro religioso?
Y el chico, sin más pensarlo, respondió con unas palabras inspiradas en su autor favorito (Tihamer Toth):
– Cada vez que digo las palabras del Credo: Creo en la Iglesia, que es una santa, católica y apostólica, siento como una corriente eléctrica por todo mi sistema nervioso, que no sé cómo a estas horas no he caído ya electrocutado. Cada vez me resultan un schock. Y le digo a Dios, al verme todavía vivo: ¡Gracias, Señor, por ser también yo católico!…