Reflexiones

¡Dios te dé la paz!

23. mayo 2014 | Por | Categoria: Reflexiones

Fueron célebres, y pasarán a la Historia, las dos ocasiones en que el Papa Juan Pablo II, con una audacia casi temeraria, convocó a los líderes de todas las religiones del mundo y a los de todas las confesiones cristianas para orar juntos por la paz. Y ambas ocasiones constituyeron un triunfo resonante. El Papa era el anfitrión en aquellas asambleas memorables, pero era, expresamente y por propia elección, uno de tantos. Allí no había superiores ni inferiores. Todos eran iguales, sin más Jefe ni Presidente que el mismo Dios…



La clave de la amabilidad

16. mayo 2014 | Por | Categoria: Reflexiones

Tenemos en la Iglesia un Santo, Francisco de Sales, que se ha hecho proverbial por las formas exquisitas de su bondad, de su cortesía, de su amabilidad. Era la dulzura personificada. El Santo caballero, como lo calificó acertadamente un observador inglés. Aparte de lo que tuviera de buen temperamento, en su manera de proceder había mucho de virtud cristiana. ¿Cómo había conseguido ser tan bondadoso con todos? ¿Dónde estaba el secreto?…



Con la Biblia siempre

9. mayo 2014 | Por | Categoria: Reflexiones

Había naufragado un marinero en alta mar, y cuando las olas lo arrastraron hasta la playa, lo primero que se procuró fue identificarlo: ¿Quién será?…, se preguntaban todos. Uno de los que le registraban, lanzó un suspiro:
– No sé. Yo no sé quién es. Pero les puedo asegurar que es un cristiano. Y aquí tengo la prueba.
Al decir estas palabras levantó la pequeña Biblia que el ahogado llevaba en uno de sus bolsillos. Quien se alimenta de la Palabra de Dios no es un discípulo de Marx ni de Mahoma… Pero la sorpresa de todos se tradujo en admiración profunda, y en la lección más provechosa, cuando leyeron unas palabras que el agua no había podido borrar del todo…



El Papa nos echa el guante

2. mayo 2014 | Por | Categoria: Reflexiones

¡Qué apuesta la que un día se hizo en una escuela de niñas en Italia!… La maestra era muy buena cristiana, y se le ocurre decir a las niñas: -A ver, ¿quién quiere ser santa? Todas levantan la mano, y responden a coro: -¡Yo! ¡Yo! ¡Yo!…
Las chiquillas, en su imaginación, todas se veían ya con su imagen en una repisa de la iglesia. Y prosigue la maestra: -¿Todas dicen que sí?…
Las pequeñas, cada vez más entusiasmadas: -¡Síiii!…
Pero ahora la maestra ya no tuvo un triunfo tan rápido:
– Bueno, ¿y quién quiere ser la primera santa?…